“El único barómetro que tenemos es el corazón
y cuando descubres tu flor no puedes apartarte de ella” El ladrón de orquídeas.
Al verlas me recordaron lo cerca que esta el Otoño…
Se asomaban casi exhaustas al borde del arriate, habían
perdido el color y en un intento desesperado de supervivencia me ofrecían sus últimas
flores gastadas.
Estas fotografías están tomadas en una tarde al
final del verano, en ese tiempo de siesta…cuando el mundo se para por unas
horas…y el silencio me inspira y me llena de fuerza.
Vuelvo a mis flores… a esas que no puedo dejar,
vuelvo a sentir la pasión de llevar una cámara entre las manos.


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