UN GATO AMARILLO

Un pueblo pequeño, una calle estrecha y un gato dormitando en la puerta de una casa…
Creo que estos animales son extremadamente fotogénicos, quizás por sus ojos,  quizás por esa elegancia innata con la que se mueven, o simplemente porque a mí me encantan.
Me acerqué despacio, no quería que saliera huyendo, me miró y acepto que estuviese a su lado, pero….. no sé porque intuí que algo no saldría bien.
Poco a poco lo enfoqué y cuando estaba a punto del click…se lanzó sobre mi brazo, me mordió, me araño y dijo miau….aaaaaauuu!!! dije yo, mi intuición no falló.
Siguió allí, sentado a mi lado, tranquilo y esperando que volviese a enfocarlo y…. mientras le preguntaba porque lo había hecho, alzó la vista y yo apreté el botón.


No le guardé rencor, al contrario, me fui de su lado agradecida de haber podido robarle tanta belleza…




UN FARO, UN COMPAÑERO Y UNA MUSA

“Hace algún tiempo alguien me regaló una cámara, alguien me animó a sumergirme en un mundo que me arranca cada día montañas de sensibilidad…a ti, compañero inseparable de mi mano derecha, gracias…”.

Voy camino del faro, por la playa, recreándome en la luz, mojándome los pies mientras cientos de gaviotas chillan por encima de mi cabeza, no puedo creer lo hermoso de este lugar, sigo caminando y al llegar me acerco a él, aún no está encendido…no necesito más…mi cámara y mi compañero inseparable de mi mano derecha están conmigo, se escucha un click…mi musa me estaba esperando…


















147 PALABRAS Y 8 RECUERDOS

Hice click  y se abrió ante mí…
Se mostró blanca, impoluta y desafiante, el cursor comenzó a parpadear  tic tac tic tac… como un reloj que me decía el tiempo que pasaba y las palabras que iba perdiendo.
Lo había intentado todo…, los post de mi blog suelen nacer de un lápiz y un papel, pero esta vez nada funcionaba, ni lo antiguo ni lo nuevo.
Casi sin esperanzas, repase una vez más las fotografías que iba a mostrar y entonces me vino a la cabeza la luz de aquella mañana, el olor del café recién hecho, la tranquilidad y el silencio de una casa que comienza a despertar y la visión de unas flores cerca de una ventana…
Cuantas cosas pequeñas, cuanta felicidad…

Y recordé que aquel día me olvidé de todo, el tiempo se detuvo o pasó muy rápido y durante esos instantes sólo estábamos mi cámara, unos claveles y yo…