POR LA MAÑANA

A veces hay momentos en los que las ganas de hacer fotos me asaltan sin pedir permiso y sin remedio siempre corro hacia mi cámara…
Como el pintor o el escritor que lo abandona todo y se aísla en su estudio, esperando llegar antes de que desaparezca eso que llamamos inspiración, arrebato o duende mágico que nos visita de vez en cuando…
Aquella mañana me desperté temprano, apenas eran las 8, todo estaba en calma, a mi lado una respiración suave, profunda y al otro la luz…mi luz, la de cada mañana, a la que nunca pongo barreras.
Y entonces me sentí tan afortunada de sentir como siento, me sentí tan agradecida de cada rayo de sol, de cada minuto de aliento, del sonido de un nuevo día, de todo mi mundo…

Sin apenas hacer ruido y casi con pasos de gato fui a buscar mi cámara y retraté mi lado vacío de la cama, la luz de mi ventana y una parte de los pensamientos que había dejado sobre la almohada…


La creatividad solo nace de la pasión por las cosas.





MATISSE Y AQUELLA MAÑANA CON TULIPANES

A veces, hay cosas que son tan sencillas y hermosas que un puñado de fotografías son insuficientes para expresar la belleza que muestran…
No es solo captar el momento y terminar…para mí hay algo mas antes, durante y después de empezar a hacer clic.
Música..., siempre hay música mientras fotografío, y si no puedo escucharla tarareo alguna canción..., hay luz, felicidad y una sonrisa de satisfacción al terminar...que me dura el resto del día.

Y como decía Henri Matisse: “siempre hay flores para el que desea verlas”.



















REVISTA GUADALMESI

Tengo el honor de comunicaros que el próximo viernes 14 de Febrero, la revista de creación “Guadalmesí”, realizará una presentación de mi blog, dando a conocer a todos mis historias fotográficas.
El acto tendrá lugar a las 20.00h en la iglesia de Santa María (no destinada a culto) en Tarifa.
Gracias a la dirección de la revista por su confianza y en especial a Mercedes Montano Reiné, que me abrió la primera puerta.

No puedo estar más feliz…



CITA EN CASA

Habíamos quedado para comer…allí en nuestra mesa redonda al lado de la ventana.
Eran solo las dos pero había velas encendidas y a veces se oía el tintineo del cristal al entrechocar nuestras copas. El día era gris y fuera los árboles del parque, se balanceaban tanto que casi pedían permiso para entrar por la ventana…
Transcurrió la tarde y seguíamos como al principio... sentados, juntos y hablando de cosas poco importantes…relajados y sintiéndonos seguros en aquel rinconcito preparado solo para nosotros.
Al final salió el sol y nuestra mesa se llenó de luz, apenas quedaban unos cubiertos por recoger…. y entonces en solo un instante lo vi todo…

Me levanté, cogí mi cámara y con la ayuda de una cuchara olvidada, de las flores que adornaron la comida  y la inspiración llegando a raudales…fotografié lo que quedó de nuestra cita…