TRAS LAS CORTINAS



Hacía frío……

No era el lugar que buscaba, quería entrar en calor y este sitio no ofrecía resguardo.
Me senté en un banco de madera, en unos pocos segundos volvió a aparecer el sol, su calor me hizo decidir….me quedé.

Había soltado mi cámara…y concentrada en conversaciones y risas aún no me había dado cuenta….
Un poco hostil por el viento, por la falta de ventanas, de muros y por enseñar casi un esqueleto…. pensé que este sitio no podía ofrecerme mucho  más que una taza de algo caliente.

Entonces las vi….había cortinas rodeando todo el perímetro, filtrando la luz y haciendo de velo, suavizando todo lo que había detrás de ellas.
Cogí mi cámara y fotografié la vida que casi ocultaban, una vida llena de pájaros de colores, volando muy alto, sin mando y formado parte de un encuadre que pareció estar esperándome….































DÍAS DE LLUVIA


Dicen que si no puedes con tu enemigo has de unirte a él….
Yo, más que unirme, lo enfrenté.

Pensando en sacar provecho a tantos días de lluvia, decidí que mi cámara no podía esperar más.

Fue como un juego, el del gato y el ratón…..

Mientras la lluvia caía, mi única posibilidad era la espera, pero de pronto desaparecía…tan solo eran unos pocos minutos, a veces, apenas segundos….. pero tiempo más que suficiente para ver lo que ella dejaba…

Un rastro mágico, lleno de diamantes blancos,….un rastro limpio, esférico y perfecto.
Después de su presencia, la luz era nueva y los colores más brillantes que nunca….

No ha sido mi enemiga, ha sido mi musa….














 




















UNA CAMARA ENTRE DUNAS


Las cosas cambian…

Nada permanece intacto para siempre, el tiempo va dando forma a todo lo que toca.

Recuerdo este lugar como una montaña infinita, un precipicio tierno y suave…., un lugar para saltar y casi sentir el vértigo.
Ahora el viento ha suavizado sus curvas y como el niño que se convierte en anciano, ha perdido parte de su ímpetu y su perfil.
Pero llegar a este lugar y sentarte sobre ella, al final de una tarde cálida, es uno de esos placeres que no pueden describirse, tratar de hacerlo es inútil y además no sería justo.

Cuando las palabras no sirven, mi cámara se convierte en mi lápiz, y de nuevo, una imagen me sorprende, para hacerme sentir toda la fuerza y toda la magia que allí arriba se desprende….