MI LEITMOTIV Y ROSAS SOBRE LA MESA

Todos tenemos algo especial que nos diferencia de los demás, hay quien sabe hablar en público y que todos le aplaudan sin cesar, otros pintan grandes cuadros, algunos hacen puentes que unen fronteras, otros llegan a la luna y los hay incluso que pueden salvarnos la vida…
Todos tenemos algo especial que nos diferencia de los demás, mi abuela podía hablar con las plantas, tuve una tía que contaba los cuentos mas increíbles, conozco a alguien que cuando toca el piano dejas de respirar y otros dan los mejores abrazos del mundo…
Sí, todos tenemos algo especial que nos hace diferentes, ni mejores ni peores, simplemente distintos, hay quien ya lo sabe, otros están intentando descubrirlo y muchos ni siquiera pensaran en ello.
Este es mi “leitmotiv”, mis fotos, mi cámara… y, esta vez también, unas flores a las que no pude resistirme…

Y como decía Emma Goldman, yo también prefiero tener rosas en mi mesa, que diamantes en mi cuello.


















VINCAS DE MI MADRE

“Hay cosas tan sencillas y comunes y a la vez tan grandiosas y extraordinarias que con apenas recordarlas me lleno de una felicidad inmensa.
Entonces se vuelven sublimes y grandiosas, para acabar transformándose en la esencia de lo importante.”
Le pedí a mi madre que se sentara un ratito conmigo al sol, dejó todo lo que estaba haciendo y juntas fuimos hasta ese escalón que nos gusta, ese cerca del ciruelo que ahora está en flor. Allí podría quedarme horas hablando con ella o estar simplemente en silencio…hasta perder la noción del tiempo.
Después se levantó y me cogió un ramito de vincas azuladas…
-toma, para tus fotos- me dijo.
Al llegar a casa lo primero que hice fue ponerlas en agua e ir corriendo a buscar mi cámara, para que esas vincas estuvieran conmigo…para siempre…

Gracias por las flores mamá y gracias por todo lo invisible que me has dado.










UNA CAMARA Y UNA VIDA MAS INTENSA

“El acto más difícil es aquel que consideramos más simple y es percibir con una mirada despierta las cosas que se presentan ante nuestra vista”
Goethe.

A veces, cuando me cuelgo la cámara al cuello, me convierto en turista de mi propio entorno.
En mi último paseo fui pendiente de las fachadas, de los balcones entreabiertos que dejan pasar la brisa, de las paredes adornadas con macetas, de la alegría de calles estrechas…,  en definitiva de todas esas cosas que normalmente no vemos, esas que son la esencia del lugar al que pertenecemos.
De pronto, el aroma de una hilera de naranjos mezclado con la humedad y el olor del mar, me hizo pensar de nuevo en los detalles pequeños y llegué a la conclusión de que la fotografía me hace sentirlo todo de una forma más intensa.
Lo que muestro no son solo imágenes, es la vida misma que nos rodea, al alcance de todos y a la vista de unos pocos…

¿A qué esperas para coger una cámara?